La terapia ocupacional y la adquisición y desarrollo de la lectoescritura

Desde la terapia ocupacional se estimulan una serie de habilidades cuyo adecuado desarrollo es fundamental para el proceso de adquisición de la lectoescritura.

Estas habilidades son:

  • Conceptos básicos espaciales y temporales, que permiten al niño comprender las explicaciones que da el/la maestro/a. Los terapeutas ocupacionales, ofrecemos actividades y experiencias que posibilitan “vivenciar” e integrar estos conceptos a través de las diferentes vías de aprendizaje, para que puedan ser aplicados a la variedad de contextos y requerimientos de la vida diaria del niño.
  • Desarrollo de la motricidad fina. El adecuado desarrollo de las habilidades motrices es un requisito imprescindible para la escritura. Se evalúan, apoyan y desarrollan componentes muy variados: desde la integración sensorial correcta de los propios dedos de la mano, la propia habilidad psicomotriz, el dominio de la regulación de la fuera y coordinación neuromuscular, etc.
  • Adecuada prensión del lápiz. Es necesario seguir una secuencia de la maduración del agarre del lápiz para evitar disgrafías. Con independencia del acompañamiento en la maduración del desarrollo de las habilidades de motricidad fina, el desarrollo de la habilidad de escritura en sí misma puede precisar unas intervenciones concretas e individualizadas por parte del terapeuta (uso de adaptadores, modificaciones en la plantilla de escritura, modificaciones ambientales, recomendaciones posturales, etc).
  • Acompañamiento del desarrollo psicomotor en cuanto a motricidad gruesa se refiere. “Destiempos” en la maduración del desarrollo de las habilidades psicomotoras y los requerimientos académicos, pueden afectar a una ineficiente adquisición de la escritura. Por ejemplo, si un niño no es capaz de mantener su cuerpo “fijo” sentado, relajar los hombros, fijar el codo y posicionar la muñeca, difícilmente podrá escribir correctamente. Y, con el tiempo, desarrollará algún tipo de disgrafía, o incluso molestias en las estructuras musculoesqueléticas.
  • Madurez de la lateralidad. La dominancia lateral ha de estar completamente adquirida para que pueda desarrollarse la lectoescritura. Si este proceso de maduración no se ha completado, a nivel experiencial, la lectoescritura estará “trabada”, ya que el niño no podrá disponer de un “punto de referencia permanente” desde donde construir las relaciones espaciales necesarias para poder leer y escribir.
  • Madurez visual. Los terapeutas ocupacionales atendemos a aspectos como la capacidad de llevar a cabo un correcto barrido visual o la independencia de los movimientos oculares respecto de los de cabeza, tronco y miembro superior. Dificultades de este tipo pueden estar relacionadas con problemas disléxicos.
  • Madurez de las habilidades atencionales. Los terapeutas ocupacionales apoyamos el trabajo de mejora de la atención (sostenida, focalizada, dividida y alternada).
  • Incremento de la tolerancia a la frustración y disminución de la fatigabilidad. Estas habilidades las trabajamos desde terapia ocupacional de forma transversal en todas las actividades que se llevan a cabo con el fin de irlas mejorando, ya que para la lectoescritura, como actividad monótona o repetitiva, son más que necesarias.

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Escrito por:

 

 

 

Violeta Morales Valdivia

Terapeuta Ocupacional Colegiada Nº 933

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