¿Qué es la sordera?
La sordera, conocida también como pérdida auditiva, es dificultad para oír o imposibilidad total de usar este sentido. Si la pérdida es parcial la llamamos hipoacusia y si es total la llamamos cofosis.
Cuando una persona tiene hipoacusia presenta una leve capacidad auditiva, sin embargo cuando la persona presenta cofosis no tiene ninguna capacidad de audición, no oye nada.
Tipos de hipoacusia
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Según su origen:
- Congénita.
- Hereditarias. Se produce debido a causas genéticas.
- No hereditarias. Son las más frecuentes y se pueden deber a enfermedades como toxoplasmosis, rubeola, el herpes y la sífilis o a elementos ototóxicos como la gentamicida.
- Adquirida. Se produce después del nacimiento y se puede deber a numerosos factores, entre ellos: obstrucción del conducto auditivo externo, otitis media, otosclerosis, tumores, traumatismos, etc. Además también se incluyen dentro de las hipoacusias adquiridas la presbiacusia. Sobre este particular, la Organización Mundial de la Salud se define presbiacusia como pérdida de audición relacionada con el envejecimiento. También se describe como un trastorno de la audición asociado con diferentes tipos de disfunción del sistema auditivo, periférico o central, que acompaña al envejecimiento y que no puede explicarse por condiciones extraordinarias de ototraumatismo, genéticas o patológicas.
- Congénita.
Existen diferentes enfermedades o síndromes que también pueden causar pérdida auditiva, como pueden ser las enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple, algunos trastornos autoinmunes como el lupus, la enfermedad de Méniere que, además de ocasionar pérdida de audición también origina un trastorno del sistema vestibular, entre otros.
La hipoacusia neurosensorial congénita es la deficiencia sensorial más frecuente: tres veces más que el síndrome de Down, seis más que la espina bífida o cincuenta veces más que la fenilcetonuria.
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Según el momento de su aparición:
- Prelocutivas. Aparece antes de la adquisición del lenguaje.
- Perilocutivas. Aparece entre los 2-4 años, cuando la adquisición del lenguaje es pobre.
- Postlocutivas. Aparece después de la adquisición del lenguaje.
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Según su localización:
- Conductiva o de transmisión. Afectación de la mecánica del oído externo o medio.
- Neurosensoriales o de percepción. El daño se localiza en el oído interno, en el órgano de Corti o en el nervio auditivo.
- Mixta. Hipoacusia conductiva y neurosensoria
- Central. Existen dificultades en el procesamiento de la información auditiva a nivel central.
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Según la intensidad de la pérdida:
- Leve. Entre 20-40 dB
- Moderada. Entre 40-70 dB
- Ligera. Entre 70-90 dB
- Profunda. Por encima de los 90 dB
Tratamiento Logopédico
La terapia logopédica en la hipoacusia tiene como objetivo mejorar las habilidades auditivas para desarrollar el lenguaje. El tipo de tratamiento dependerá del tipo de hipoacusia:
- Hipoacusias leves. El retraso del lenguaje no será severo por lo que será necesario compensar la hipoacusia mediante terapia miofuncional, con el objetivo de restablecer una correcta respiración y desarrollar los movimientos de la musculatura orofacial, además de trabajar la fonoarticulación y mejorar las habilidades auditivas.
- Hipoacusias moderadas. Se debe establecer un entrenamiento auditivo centrado en las habilidades auditivas puras y los procesos auditivos centrales utilizando estímulos verbales. Además se trabajará fonoarticulación, coordinación fonorespiratoria y la prosodia en general.
- Hipoacusias profundas. Será necesario decidir si se emplean instrumentos de amplificación como audífonos, sistemas de amplificación en el aula, implantes cocleares…Además de emplear sistemas alternativos de comunicación y/o labiolectura combinados con el entrenamiento auditivo.
En este tipo de terapia la familia juega un papel fundamental en el tratamiento y la evolución del paciente, ya que son las que proporcionan a la persona su entorno natural y cotidiano. Es el entorno familiar el que puede reforzar y estimular al niño o niña en su evolución.
El éxito de la terapia dependerá en gran medida de la coordinación y colaboración entre profesionales clínicos, docentes, y en especial y como hemos comentado con anterioridad, la familia.
Escrito por:
Alba Mª Jiménez Zumaquero
Logopeda Colegiada Nº 29/1773
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